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El Hilo de Ariadna

El Laberinto

 

Ciertas celebridades (personas, corporaciones, gobiernos) han adquirido, de un tiempo a esta parte, un estatus sobredimensionado. Como una reminiscencia del Olimpo de los dioses griegos se han subido a la nube virtual de la mitología y de ahí nos “han colgado”. Sus vidas y “hazañas”, filmadas por camarógrafos del espectáculo, son de telenovela que todos debemos verlas cada día. Por otra parte, la política del miedo y las informaciones oficiales que manipulan las relaciones sociales nos comprueban una lamentable realidad: cuando sentimos la vulnerabilidad de la sociedad (épocas de crisis y tensión) creemos que esos líderes pueden protegernos y salvarnos, por eso los elegimos y los veneramos. Se vive de eslóganes y figuretti, nacidos a la sombra de estos grandes ilusionistas de nuestro tiempo: “el pajarito de Chávez”, “el sueño americano”, “avanzamos patria”, “forza Italia”, “logros de la revolución ciudadana”, “yasunízate”, “escuadra azzurra”, “mínima huella”, “los galácticos”, “sendero ecológico”. Unos apelan a lo sobrenatural, otros a la política, algunos a la ecología, al deporte, otros a la belleza, al buen vestir o a los “buenos” negocios.

El miedo y la idolatría son irracionales y fácilmente manipulables; para alimentar el miedo y engrandecer el ídolo la máquina de la propaganda moderna necesita crear enemigos aterradores (cibermónstruos) con los que traban fantásticas batallas victoriosas o acciones benéficas tipo Mandrake, el virtuoso de las mil maravillas. Los personajes avanzan de un conflicto a otro, de una victoria a otra, de la banana república al país mejor y más desarrollado de la región, de una dificultad superior a un interminable duelo sin par con ribetes de guerra virtual por el progreso y el desarrollo o de la noche neoliberal al socialismo luminoso del siglo XXI. Eso no impide que se insulten por la mañana y por la tarde hagan jugosos negocios; que se manden al diablo ante las cámaras de la TV y los medios de comunicación y se abracen, bailen y coman juntos en la misma mesa ese mismo rato; que se declaren la guerra por un bombardeo inconsulto y se vendan y compren armas, negocien el petróleo, la Amazonia, las Islas Galápagos o la paz; lloren por un pobre niño muerto por ellos, por un arbolito o un pajarito y destruyan culturas, ecosistemas, poblaciones y pueblos enteros. ¡Ser cínicos es un orgullo, merece una medalla olímpica y condecoraciones!

Leemos en la mitología griega que Ariadna, una dama cretense (isla de Creta), facilitó a su héroe Teseo un ovillo de hilo que le permitió entrar en el laberinto de Creta, matar al Minotauro y encontrar la salida. Luego Teseo la hizo su mujer y cuando se marchó de la isla de Creta se la llevó consigo para dejarla abandonada en la isla de Naxos.

Según el mito fue Dédalo el artífice que por orden del rey de Creta construyó el laberinto y tejió el hilo para Ariadna. En el interior del laberinto habitaba el Minotauro que era un monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre. Cada cierto tiempo los cretenses debían sacrificarle 7 varones jóvenes y 7 doncellas. Teseo y sus compañeros con la ayuda del hilo de Ariadna consiguieron entrar, darle muerte y escapar del laberinto. Teseo es uno de los grandes héroes de la mitología griega, hijo de su propio padre y de su hermana a la que éste fecundó en estado de embriaguez. Después de innumerables hazañas Teseo logró ser reconocido por su padre y eliminar a 5 sobrinos del rey que pretendían el trono de Creta.

La función del mito consiste en ser mensajero de la realidad oculta, en orientar a la sociedad, desenmascarar ante la conciencia las apariencias y descubrirnos los modelos sobre los que cada cultura construye al hombre. Nuestro mito del Yasuní está vivo y también sus héroes míticos. Dédalo en lengua castellana – o sea aquí - significa un lugar de difícil orientación o cosas confusas y enmarañadas. El laberinto es un lugar de encrucijadas, rodeos y calles artificiosamente construidas, dispuestas de tal modo que una vez dentro, resulta muy difícil encontrar la salida. El hilo sería lo imperceptible, un escape, un susurro, un soplo del viento, invisible en la maraña de las selvas.

En el Yasuní hay dos laberintos y dos Minotauros. El Minotauro 1 existe y habita en el maravilloso laberinto de libertad, autonomía y riqueza natural del Parque de la Biósfera, al que Teseo, el petrolero, intenta eliminar ayudado por el hilo de Ariadna. El otro laberinto y otro Minotauro son artificiales, inopinadamente llegados y enmarañadamente construidos con materiales expúreos de instituciones jurídicas, leyes, protocolos, medidas cautelares, constitución, asesores/as, interculturalidades, antropólogos y sociólogos de oficina, petroleros, colonos, madereros y turistas a él es que se quiere hacer invisible, proteger y justificar a como dé lugar.

Este Minotauro no es de aquí, pero está allí. Puede ser señalado, registrado, nombrado, fotografiado y descrito… pero hay una mordaza, un antifaz, un laberinto de ficciones, miedos, coimas, informes, padrinazgos y aparato legal que lo ocultan. Este laberinto es de papel, con el que ocultan y avalan las ambiciones económicas y la brutal dominación de unos y otros. La finalidad del segundo laberinto es hacer invisible e imperceptible al segundo minotauro a través de una tramoya de leguleyos y maquillaje propagandístico que se adecuan permanentemente. La marionetista es Ariadna que goza del don de la bilocación para actuar con Teseo y sus boys al mismo tiempo y desde el anonimato, sobre los espacios de ambos laberintos justifica los sacrificios de víctimas, que de vez en cuando piden los Minotauros que, al agitarse en su furia nos despiertan con sobresaltos y muertes.

El rey de Creta, Ariadna y sus boys aún no aciertan cómo proteger al Minotauro 2 y manejarse con el hilo y los intrincados caminos del laberinto que, como en el mito de Sísifo lo construyen para eternamente volverlo a reconstruir: con leyes, procesos, causas penales, actas de audiencia revocatorias y revisión de medidas, audiencias orales de revocatoria y revisión de medidas cautelares, audiencias de formulación de cargos, abogados, fiscales y jueces. ¡Así, hasta el infinito! Más de un año han tardado en tejer el hilo y construir el laberinto de papel para proteger al Minotauro 2.

Tampoco aciertan a orientarse en el laberinto natural de la selva amazónica que le hace invisible e inubicable al Minotauro 1, al que quieren eliminar. Está en todas partes. “¿Quién les dio permiso para que salgan de los linderos” (laberinto) que les asignamos? decía la Ministra de Medio Ambiente. Aunque lo rodeen por todas partes, apretando el laberinto 1 con un pelotón de instituciones que le impiden cazar, pescar y recolectar frutos para alimentarse y vivir. Aunque lo cerquen con trabajadores del petróleo, madereros ilegales, colonos armados, gigantescos tractores bulldozer, generadores que atruenan y potentes focos que iluminan las noches obscuras, música de grabadoras a todo volumen, carreteras de penetración hasta el corazón de la selva, helicópteros que sobrevuelan arrojando alimentos que matan y enfermedades de contacto y basuras que arrastran los ríos donde beben agua, Teseo el petrolero y sus boys no han logrado todavía eliminarlo. Lo han complicado más con la puesta en escena de los Waorani vengadores a los que han acusados de genocidas.

¿Se trata de un Dédalo complejo? Las paredes del laberinto comienzan a empañarse por los eructos de las situaciones ideológicas de la obesidad del sistema, a mostrar las rendijas simuladas de los discursos y las contradicciones al interior del laberinto que pierde la capacidad de ocultar, controlar, asimilar y procesar. La luz atraviesa la obscuridad y el hilo se deshila, el genocidio nunca prescribe, la verdad es un abismo en el que se hunden el abuso del poder y la injusticia. Hay tiempos de ingenuidad en que uno llega a creer en la propia ficción, mantenida por el miedo, el engaño, la ignorancia y el show. ¡La verdad no se deja procesar ni manejar!

¿Cómo es la caza del Minotauro 1 en este medio plagado de leguleyos, petroleros, madereros y colonos?

  • Año 2003: matanza perpetrada a una veintena de hombres, mujeres y niños Tagaeri/ Taromenani con escopetas y lanzas.
  • Año 2005: muerte del maderero Jhonny España en la zona roja del bloque petrolero Armadillo.
  • Año 2006: muerte de Wilman Angulo en la zona del Cononaco Chico.
  • Año 2008: muerte de Luis Castellanos en el bloque Armadillo.
  • Año 2009: muerte de Sandra Zavala y sus dos hijos Damaris y Wilson en la zona de Los Reyes.
  • Año 2011: rumor de un enfrentamiento entre colonos armados de escopetas y miembros de los grupos aislados en la misma zona que no se ha esclarecido; los Waorani hablan de, al menos, un muerto.
  • Año 2012: avistamientos en el bloque petrolero 16 (Repsol).
  • Año 2013: muerte de Ompure y Buganey. Días después hubo un ataque para consumar una venganza, en la que murieron entre 20 y 25 Tagaeri/Taromenani.
  • Dos niñas fueron raptadas y llevadas por los atacantes Waorani a sus comunidades de Dicaron. ¡Como ven, a punta de bala!

Luego de una década de cacería dentro del laberinto selvático, ya suman más de sesenta muertes. No se puede saber cuántos serán los caídos del lado del Minotauro 1, simplemente porque nadie los ha podido contar.

Aunque Teseo y sus boys han entrado al escenario siguiendo el hilo del petróleo, no han logrado acabar con él Minotauro 1. Por lo que nada se sanciona dentro del laberinto amazónico del Yasuní hasta nuevos acontecimientos, más bien se intensifica su búsqueda y muerte para así, dejar de seguir su rastro y salir.

El laberinto judicial o hilo de Ariadna para salvar al Minotauro 2 y matar al Minotauro 1 es una historia paralela: forma un mamotreto de más de 5.000 páginas que dan pistas para llegar fácilmente a “ninguna parte”. Como no han podido identificar los más de 20 últimos muertos (después de más de un año de “estar investigando”), han decidido “que no existen y por lo tanto no hay delito”. Que las fotos de sus muertos tomados por los propios matadores, dicen ser “trucadas”. Tampoco hay nadie a quien culpar, pues “no se cuenta con las cédulas de identidad” del clan del Minotauro 1. “No se sabe dónde están ni hay manera de llamarles a declarar”. A los Waorani autores de la matanza los ha declarado libres, después de un año de cárcel.

¡El arquitecto Dédalo se queda “tamñito” ente estos artífices de laberintos!

¿Lograrán matar al Minotauro 1?

Actualmente lo han dejado mal herido, pues han asesinado a más de 20 de sus miembros y ahora se enteran de que esto es un genocidio. Aquí viene el tinglado del laberinto judicial e institucional ¿Quién es el genocida? ¿Los Waorani a los que se declaró libres por la interculturalidad o el Minotauro 2 al que no lo salva nadie, a parte del sistema?

Por lo demás el laberinto del Parque Nacional Yasuní es un espacio petrolero sin ley hasta que logren matarlo y poder explotar el hidrocarburo sin sobresalto. El tiempo corre para los dos. ¿Cuál será el primero en caer? Les propongo jugar a resolver el juego del “laberinto”: ¿Pueden identificar a los actuales personajes, ponerles nombre y seguir sus pasos? Determinen sus actuaciones y su ubicación en del mapa dentro de la maraña del Yasuní.

¿Lograrán matar el Minotauro 1?

 

Achakaspi

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