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MIRADAS I:

Relaciones Waorani-Tagaeri/Taromenani

y las presiones en la amazonia…

Mirada general

Tomando como punto de partida inspirador el tema de “Miradas de las relaciones Tagaeri-Taromenani y las presiones (extractivas, colonización y otras) en la amazonia”, me fijare en una serie de “MIRADAS” de los distintos “actores” que han intervenido en esta trágica historia de extracción, colonización y expolio de los pueblos indígenas de la amazonia ecuatoriana. Me llenaría de satisfacción que, con la ayuda de todos ustedes, llegáramos pronto al final del último acto de este “exterminio”. Las víctimas son los pueblos “aislados” Tagaeri-Taromenani y nosotros, querámoslo o no, somos los victimarios. Una historia de genocidio y despojo llevada a cabo en pleno siglo XXI, por los Estados y compañías al mejor estilo de los denigrados conquistadores ingleses, españoles y portugueses del siglo XVI. Y lo que más apena es que, todo esto, sucede en la “década ganada” según el eslogan del gobierno de la revolución ciudadana: ¡se ve que algunos han ganado más que otros!

I. Miradas del Estado y sus instituciones: no hay peor ciego que el que no quiere ver

El Estado a través de la Constitución y de una variedad de protocolos y normativas que inciden directamente en estos pueblos ha aprobado todos los derechos que la “ancestralidad” y las leyes internacionales concede a los pueblos indígenas; pero el mismo Estado a través de sus instituciones se encarga de que en la práctica no funcionen. Ni los favorece ni estimula: los divide, les hace pelear, les niega los derechos fundamentales propios e impide su buen gobierno y progreso; promueve concesiones petroleras, permite la invasión de colonos y tolera la tala de madereros en sus territorios.

La mirada del Estado y sus instituciones es de escamoteo, ocultamiento y confusión; de apoyo a la explotación de recursos petroleros y la de aplicar paños calientes en el control de la colonización, además de impulsar la judicialización de los conflictos indígenas. Conflictos promovidos por las petroleras principalmente (“La selva de papel” de Milagros Aguirre)

Desde esta mirada, la llamada para nosotros no es a soñar en una larga vida para los pueblos aislados, sino a estar despiertos para evitar su muerte. A pesar de que algunas de las exposiciones escuchadas estos días de “simposio sobre pueblos en aislamiento” hayan sido simplemente, “llamadas teóricas a soñar”.

En el año 2013 una partida de Tagaeri-Taromenani mata a lanzazos al matrimonio Wao Ompure, Buganey. Sus parientes llevan a cabo la venganza y matan con disparos de carabina entre 25-30 Tagaeri-Taromenani y raptan a dos niñas (“La tragedia ocultada” de Miguel Ángel Cabodevilla y Milagros Aguirre), Es la segunda matanza de Tagaeri llevada a cabo por los Waorani con armas de fuego en 10 años.

Se comunica al ejército para que controle las armas y no se dé la venganza anunciada, pero nada sucede. La fiscalía del Coca no investiga y judicializa ilegalmente por crimen de genocidio a los waorani, autores de la venganza y los encierra en el penal sin tener en cuenta la normativa intercultural. Es la primera vez que los Wao van a la cárcel por juzgamiento. A los seis meses los libera y vuelve a juzgarlos, ahora por homicidio. El caso se mantiene abierto y los Waorani siguen escondidos en la selva. Con encapuchados y helicópteros la fiscalía en un operativo rocambolesco y relámpago, al estilo James Bond, rapta a una de las niñas, retenida por los waorani, mientras asistía a clases en la escuelita de Dicaron, separándolas. No saben qué hacer, aparte de causar el mayor daño posible en la autoestima y voluntad libre de este pueblo indígena. El Estado nombra una Comisión de alto nivel para la investigación del caso, pero los resultados oficiales todavía no se conocen.

Este año, en Enero de 2016, los aislados matan a lanzazos a Kayga en el río Cononaco y dejan ir a su mujer Luciana, que sobrevive después de ser herida por lanza en una pierna. El Estado en ambos casos se comprometió a hacer justicia y reparación a las víctimas protegidas por la Constitución, pero no cumple sus compromisos. Los Ministerios que dicen proteger a los aislados (Min. Justicia) no tienen recursos, ni combustible para la movilización, ni potestad alguna para ejercer su mandato. No pueden siquiera cumplir con los ofrecimientos a las más recientes víctimas de esta historia interminable. El tema no termina ahí. Es probable que el clan de Omayúe (padre) al que el Estado prometió compensar, decida ir a cobrarse la vida de Kayga. Están en el camino de la guerra, preparando las lanzas para la venganza cultural ante el cinismo e incumplimiento de las promesas. Y se hará el silencio y no se sabrá nada, pero no quedará nadie. ¿El no contacto es también una coartada? ¿Nos quitamos así la culpa de nuestra conciencia?

En el año de 2014 había más de 40 indígenas enjuiciados (entre kichwas y waorani) en la provincia de Orellana. Hay Tagaeri-Taromenani privados de libertad de movilización en su propio territorio, ocultos en las selvas del Yasuní. Hay waorani escondidos en sus casas de Dicaron, pues temen ser apresados y encarcelados por el juicio de homicidio que la fiscalía de Orellana sigue en contra de ellos. Además de una treintena de Wao presos o con orden de prisión por delitos tan execrables como genocidio, homicidio, asesinato, sabotaje y terrorismo en torno al “amo conquistador petróleo” que los acosa. Se contabilizan más de 5 juicios, levantados por las compañías petroleras, militares, fiscalías (Orellana y Pastaza) y gobernaciones contra miembros de un pueblo de contacto reciente, en peligro de extinción y protegidos por la Constitución, la OIT, NN.UU. ¡Caso digno de constar en los récords Ginness!

Son políticas clásicas de conquista y colonización por parte del Estado para quebrar la resistencia indígena y anular su altivez y libertad. Sometimiento forzado exigido por las leyes petroleras, la impunidad y el autoritarismo. Imposición de un desarrollo inhumano, juicios, prisión y persecución. Satanización de dirigentes, división, despojos de territorio, de autoridades culturales, desplazamiento de sus lugares de origen y explotación de los recursos naturales que se encuentran en sus territorios.

II. Mirada personal y de los misioneros.

Mi primer contacto con los waorani sucedió hace 35 años en las selvas del Kawimeno (yasunì) con el clan Inihua-Kay (en ese tiempo sin contactar) acompañando a Mons. Alejandro Labaka. La Compañía petrolera CGG hacía trabajos de prospección sísmica en la zona y temía la reacción violenta de los Wao. Cuando la empresa petrolera lo llamó, Monseñor decidió visitarlos para evitar cosas peores. (ver “Crónica Huaorani”, “Los últimos huaorani” y “Los huaorani”).

Mi entrada fue en un helicóptero de la petrolera francesa CGG (Companie General Geophisic). Del helicóptero descendimos por una cuerda. El aparato se fue dejándonos en tierra. Quedamos Mariano Grefa y yo, solos, en un bohío wao. Alejandro que había entrado un día antes se había ido, no estaba. Nunca nos habíamos visto anteriormente con ningún wao en su ambiente. Nos acogieron muy bien.

Primer dato: Es un pueblo amable, atento, alegre y acogedor…. Deseoso de establecer contacto con los kowori (enemigo, mestizo). Defienden y dibujan su territorio. Enemigos del grupo tagaeri? ¡El trato que desde entonces hasta ahora han recibido es un trato de a perro, no es ni cultural, ni civilizado, ni humano ni cristiano!.

Segundo dato: las petroleras (CGG) hacían sentir intensamente su presencia ilegal. Las cuadrillas de trabajadores petroleros avanzaban inexorables sobre sus territorios protegidos por la Constitución (“Lanza, sangre y petróleo” de Jorge Viteri). El Gobierno y el pueblo ecuatoriano estaban (y están) por el petróleo.

Bajamos en una almadía de troncos por el río Cawimeno (Yasunì) y en 10 días llegamos hasta nuestra casa en Nuevo Rocafuerte. Nuestro objetivo era encontrar una vía alterna a la compañía: no queríamos que nos identificaran con ella. A partir de entonces hicimos varias visitas por el río y nos familiarizamos con la zona, ahora atravesada por el “sendero ecológico”.

Pudimos entender que en el amplio territorio selvático ubicaban a dos grupos más de no contactados: el uno al sur-este hacia el Perú, al que identificaban como “buena gente”, con el que Inihua había tenido contacto (Taromenanis?) y el otro hacia el sur-oeste no tan amigable y con el que Kay había tenido algún encuentro desagradable (Tagaeris?).

III. Mirada Tagaeri: Un ataque que marca el comienzo: (los dueños de la selva)

Coincide con la llegada de las petroleras (CGG) a las selvas de Guiyero (Tiputini, Tivacuno) (1978). Una partida de trabajadores de trocha es atacada a orillas del río Tivacuno y mueren tres obreros. Volamos en helicóptero desde Pañacocha con el Sr. Jorge Viteri hasta el lugar de las muertes. Después de una larga caminata por la selva transportando los muertos a hombros, salimos con los cadáveres y lanzas a Coca. Regreso a Pañacocha en el mismo helicóptero, sin reportarme a la misión. (“Lanza, sangre y petróleo”, Jorge Viteri)

Primer dato: Los Tagaeri como dueños de esas selvas, marcan sus territorios y ponen sus señales de “no pasar” con dos lanzas cruzadas en el sendero, que los petroleros no respetan. Es un gesto noble de un pueblo guerreo, de mayor valía que el gesto conquistador de los capos del petróleo. Su primera frontera era el río Tivacuno de donde son desalojados. Este es el primer ataque a la compañía que se reporta. Las lanzas eran Tagaeri (aunque no conservamos ninguna). El grupo Tagaeri del Guiyero retrocede hasta el otro lado del río Shiripuno-Cononaco Chico y marca frontera de la misma forma.

IV. Mirada petrolera: Ataque fallido (la compañía no respeta la nueva frontera)

Una canoa de la compañía CGG que hacía prospección sísmica es atacada al no respetar uno de los “pasos” que los Tagaeri tenían para cruzar el río Shiripuno (1984), su nueva frontera. En la canoa iban dos trabajadores Wao que se salvan. El motorista se defiende y queda herido de lanza en la pierna, pero con su pistola mata a Taga, cabecilla del grupo Tagaeri. Los militares impiden a la Misión la entrada al río Shiripuno y tenemos que regresar a Coca.

Datos a tener en cuenta: La petrolera actúa como brazo político-económico del proyecto conquistador petrolero apoyada por los militares que no respeta fronteras ni señales de “no pasar” y matan a Taga de un disparo. Los Waorani contactados por el ILV trabajan ya en las petroleras como personal de contacto y de intermediación. Aparecen los militares que impiden la investigación para que nadie meta las narices en el asunto. El grupo Tagaeri retrocede y se ubica entre el Tigüino y el Cuchiyacu hacia el Curaray, a gran distancia de sus árboles maduros de chonta del Guiyero, de los que se proveían de lanzas. Se constatan los primeros datos de avistamientos y se comprueba la existencia de un camino que lleva hacia sus chontales de Guiyero (meses de Enero y Febrero) que atraviesa el Tigüino, Cononaco, shiripuno y Tivacuno. Nueva retirada táctica ante el avance petrolero: ponen de frontera los ríos. Las lanzas son Tagaeri.

Achakaspi

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15 de noviembre del 2016

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