“UNA IGLESIA EN SALIDA"
Carta de septiembre 2018
Como Iglesia de Aguarico, hemos vivido cinco días de Asamblea para buscar y discernir juntos lo que Dios quiere para esta iglesia particular del Vicariato Apostólico de Aguarico, en la que estamos insertos como misioneros y misioneras de Jesucristo, buscando así ayudarle a Dios a extender su Reino.
En esta semana de sínodo –caminar juntos-, hemos sentido la presencia del Espíritu Santo que nos sigue impulsando a ser una iglesia en salida hacia las periferias geográficas, humanas y existenciales, para encontrarnos con los otros que necesitan de la presencia de Dios a través de nuestro anuncio –con y sin palabras-, sabiendo que no nos anunciamos a nosotros mismos sino que somos enviados por el Dios de la vida a anunciar su Reino.
Esta semana, el Espíritu nos ha llevado al consenso para mirar algunas realidades humanas que demandan de nuestra especial dedicación durante este año. Acojamos estos objetivos como la llamada específica donde Dios nos llama a trabajar visitando y tocando las realidades más vulnerables de las personas y de la creación, encarnadas en las realidades de nuestra Provincia de Orellana: las familias en problemas, los jóvenes en riesgo, las vocaciones, el sínodo amazónico, que busca curar la tierra herida por la depredación y la contaminación.
Hermanos misioneros, tal como nos pide el Papa Francisco, pongámonos en estado permanente de misión. Hagamos que estos objetivos y metas trabajados juntos en esta asamblea, bajo la inspiración del Espíritu Santo, sean llevados mediante acciones concretas a la realidad de las personas más necesitadas junto a las que vivimos o trabajamos. No permitamos que estos compromisos con Dios y con su Iglesia para ir a los más pobres se nos queden olvidados en las estanterías de nuestro escritorio o en “el cementerio de los libros olvidados”. Que sean nuestros compromisos para llevarlos desde ya a la práctica.
Pongámonos en camino hacia los otros, los excluidos de nuestra sociedad. Seamos una Iglesia en Salida que se convierte para todo el pueblo en signo de esperanza en medio de tantos sufrimientos que les toca afrontar.
Pongámonos bajo la guía del Espíritu Santo y de nuestra madre María, que bajo sus inspiraciones estemos en “estado permanente de misión”.
Hno. Adalberto Jiménez.
Vicario Apostólico de Aguarico
