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13.

TEMAS DEL BIEN VIVIR

El Palito

 

La esclavitud existe para muchas niñas y adolescentes que, en la amazonia han dado el salto transcendental de los valores de la cultura ancestral a la modernidad y quedan marcadas por la inyección, el “palito” o implante de hormonas para 5 años de esterilidad. Las víctimas marcadas son invisibles para la sociedad. Son documentos humanos confidenciales (“confidential”): su estado es tabú. Tantos años de infertilidad es un mal agüero para los padres de familia y la comunidad indígena: la dependencia del ejercicio del sexo sin control expresada por la libertad de escoger entre tantos métodos anticonceptivos promovidos en las comunidades de la amazonia, no cuadra con la cultura naporuna y los derechos humanos. Es traumático para la escala de valores culturales del “ayllu”.

El embarazo que se da en las niñas de 10 a l4 años en las comunidades del río Napo no es tan elevado. Sin embargo, a nivel nacional, según datos del MSP, entre el año 2002 al 2011 el embarazo en las niñas de estas edades (10 a 14) aumentó en un 78, 1 % y en las adolescentes entre l5 y l9 años de edad aumento en un 11 %. “El embarazo que es una realidad que enfrentan niñas y adolescentes de todos los rincones del país va en aumento”. Por otra parte si comparamos las edades de las mujeres de más edad con las adolescentes, vemos que las últimas tienen cada vez más hijos en comparación con las mujeres más adultas. En las comunidades indígenas del Napo estas proporciones, hace l0 años impensables, hoy se han igualado con el promedio nacional en las zonas donde se da una mayor incidencia petrolera, al romperse los parámetros de los valores culturales y saltarse estos espacios por la rebeldía de la modernidad y el dinero fácil.

Una de las mayores dificultades para determinar el fenómeno es su “invisibilidad” en la sociedad y el carácter de confidencialidad dentro de las formas de vida culturales indígenas. Son “los hijos del viento” (wayra wawa), acogidos y criados por las abuelas. Actualmente está conectado con el acceso masivo de la niñez y adolescencia indígena a la educación escolarizada con pésimos maestros y ninguna trabajadora social ni acompañamiento psicológico. Estos niños y adolescentes son víctimas de violación de sus derechos humanos por la falta de información y cautelas de la sociedad en la que no tienen voz. Muchos adolescentes se hacen rebeldes hastiados de un modo de vida en el que no cuentan, no encuentran oportunidades ni hay un lugar para su saber hacer. Al fondo está la consumación de un engaño y la prédica de una libertad sexual sin fronteras: “solo tú decides qué hacer y qué no hacer con tu cuerpo”. “La salud sexual siendo mucho más que la ausencia o falta de alguna enfermedad o dolor, es un estado placentero completo de bienestar tanto físico como mental y social con la libertad de decidir cuándo, cómo y con quién” (MSP). Esta es una propuesta para mayores, no para niñas y adolescentes que requieren otro tipo apropiado de formulaciones.

Otra dificultad se da a la hora de determinar quién es o no la víctima y el victimario de esta práctica, socializada en campañas oficiales comunitarias de control de la natalidad. En las comunas del río Napo su implementación se generaliza y corre a cargo del personal de salud que confeccionan listas para la operación del implante bajo el brazo en la parte del sobaco: “todos los métodos anticonceptivos, sin excepción, pueden ser usados por los adolescentes y son gratuitos en todas las unidades del Ministerio de Salud Pública del País”. Políticas indiscriminadas del estado que nadie se atreve a puntualizar. En las comunas del bajo Napo Ecuatoriano se pueden contabilizar los datos en los cinco dispensarios y hospitales de la zona (Edén, Pañacocha, Chiro Isla, Tiputini y Nvo. Rocafuerte). Su práctica está creciendo en las niñas y adolescentes estudiantes que realizan esta forma de aprendizaje sexual a partir del uso de anticonceptivos y de la implantación del “palito” (se le da este nombre popular por la forma alargada del implante).

Una informante dio a conocer: “los impactos sociales sufridos por las comunidades kichwas en la actualidad son muy fuertes, como es el caso del incremento en 80% de los casos de madres solteras en la comunidad del… o la existencia de niñas de 13 y 14 años embarazadas por trabajadores petroleros.” Comentó también que de seguir intensificándose este tipo de circunstancias, se estaría atentando contra la integridad de la nacionalidad kichwa, que es actualmente víctima de múltiples impactos sociales, incluidos los de índole cultural y reproductivo, ocasionada por la actividad petrolera. Mencionó de igual manera la necesidad que tiene la gente de su nacionalidad de prepararse para lograr un mejor entendimiento acerca de estos problemas y ser capaces de enfrentarlos”. (“Eje Amazonas, Manta-Manaos”, 2011, ECOLEX, Pg. 54)

Por otra parte estas niñas y adolescentes indígenas están en riesgo inminente de caer en la trampa mortal de la “trata de personas”. Se gradúan en estos colegios en la práctica sexual desde sus tiernos años, antes de que aprendan a discernir entre el bien y el mal, el amor y el sexo. Para esta asignatura tan importante del Bien Vivir no hay ni profesores ni psicólogos de excelencia (Ph). En la ciudad del Coca se las conoce como “pata sucia” y se las ve en las barras de los bares y cantinas, sirviendo el alcohol y otras “delicatessen” a los clientes, o exponiendo sus cuerpos en el Parque Central a los buscadores de placer barato por una noche, sin ningún control, huyendo de la DINAPEN. En este camino, a veces sin retorno, les suceden acontecimientos trágicos: desapariciones, esclavitud, violaciones, contagio del SIDA, captación y secuestro.

Se deben cambiar las atrayentes verbenas de socialización y propaganda callejera (canchas cubiertas y plazas públicas) que monta el gobierno para exponer las bondades del control de la natalidad y los derechos sexuales y reproductivos, por talleres dignos, donde nuestra gente tenga acceso a una formación segura e informada para padres y adolescentes, que fortalezcan al mismo tiempo los valores éticos de la estructura cultural del “ayllu naporuna”. La calidad moral, la madurez de los jóvenes promotores sociales y sicólogos de familia que deberían llegar a estos lugares (todavía no llegan) para llevar adelante el “proyecto hombre” de los colegios del milenio, debería ser, mínimamente paralelo en preparación y número, al personal del “Proyecto Petrolero”, que en los papeles es “confidential” pero en la práctica eficaz, técnica y económicamente.

De todas formas es importante recordar que estas niñas y adolescentes, que podíamos llamar “confidential” para la sociedad son en la práctica, afectadas irreversiblemente por estas políticas del “proyecto hombre” del socialismo del siglo XXI. Su esterilización por 5 años es una realidad que enfrentan a diario padres y adolescentes desde sus visiones culturales rotas, el sexo libre cabalga desbocado y la promiscuidad es una actividad pública. El embarazo ha descendido y descenderá drásticamente en los próximos años en todas las comunidades kichwas de las zonas petroleras del río Napo. ¡Qué aprovecha conseguir las cumbres más altas de extracción petrolera, desarrollo económico y excelencia académica, si perdemos y corrompemos la calidad humana y cultural del joven indígena!

Un problema endémico en la amazonia ha sido la ausencia del estado y de la sociedad nacional. Hasta comienzos del siglo pasado el Oriente era considerado como lugar de destierro y cárcel de enemigos políticos y criminales avezados: “el Oriente es un mito”, decía Galo Plaza. Es poca la información que se da sobre proyectos a implementarse, nulo el debate social y peligrosa la recurrencia a la política de hechos consumados. Actualmente se están implementando los métodos anticonceptivos y el control de la natalidad sin una previa socialización crítica, sin tener en cuenta sus implicaciones culturales en una zona con más del 90 % de población indígena y con muy poco contacto con el resto de la nación hasta tiempos muy recientes. Hace 50 años no conocían la moneda y estaban controlados por los hacendados bajo el sistema esclavista del “concertaje”. Las modernas políticas sociales “de punta” no conocidas ni denunciadas públicamente en nuestra población, en la práctica constituyen crímenes culturales inaceptables, violación de la dignidad de las personas y de los derechos humanos.

Desde la injusticia, la pobreza, la inequidad y la falta de información adecuada se promocionan estas prácticas de esterilización sin ningún pudor. Las actitudes y prácticas que fomentan la discriminación cultural y vulnerabilidad de niños y adolescentes son invisibles y se trasmiten por rumores. “El rumor es el más viejo y el más universal de los medios de comunicación”. Un dicho amazónico dice que la selva es una persona que tiene ojos, oídos y lengua y se comunica por rumores que nunca son de color blanco ni carecen de intención. ¡Vale la pena, jóvenes, no despistarse en medio de los rumores ni despistar a los demás! “Somos conscientes de que alguien tiene que consolar a las víctimas, pero alguien también tiene que frenar la máquina que los victimiza” (Bonhofer).

Una de las principales razones del aumento de estos casos de trata de personas en los últimos años es el desconocimiento y su invisibilidad dentro de la sociedad y la familia. La cita la tomamos del folleto “La trata de personas y tráfico de migrantes”, (COMPARTIR, 2013, C.E.P. Perú) “El 80 % de escolares peruanos desconoce el delito de trata de personas, pese a que representa a la población más vulnerable…Y el 76 % de padres y madres de familia también desconoce el tema… y este delito conocido como la “esclavitud del siglo XXI”.

Sobre estos temas se requiere una gran sensibilidad para discernir, sin vociferar ni lanzar promesas del Bien Vivir a los cuatro vientos. Proclamas como la que sigue, leídas de un solo tirón y sin ninguna socialización, en las comunas kichwas del río Napo por un personal demasiado joven del MIESS, son sorprendentes: “Así, los métodos anticonceptivos se usan para prevenir un embarazo y el condón o preservativo femenino o masculino también para prevenir las infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH/SIDA. Los condones femenino y masculino, las píldoras o pastillas, las inyecciones, el implante, la T de cobre o DIU (Dispositivo Intrauterino), el parche y el AOE (Anticonceptivo Oral de Emergencia) o “pastilla del día después”, nos permiten tener relaciones sexuales de manera responsable, saludable, segura y placentera. Cuidar la vida es lo que nos permite que vivamos una sexualidad libre. Por eso cuidarnos y cuidar al resto es tan importante, y usar anticonceptivos es una gran forma de expresar cariño”. Firmado “con infinito amor” (MSP). En teoría su uso es voluntario, en la práctica los programas del Ministerio y la propaganda están montados como una loa a los derechos y a la libertad sexual de la mujer y se silencian las consecuencias y efectos negativos. Esto no es una buena información. Los programas de salud deberían ser, también críticos e instructivos para participarlos en la sociedad y no tomarlos como mecanismos para atemperar problemas económicos y de control demográfico en las comunidades indígenas, siempre vulnerables en relación a su identidad demográfica.

 

Achakaspi

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