Visita a los lugares donde nació Mons. Alejandro Labaka
El día 3 de marzo de este año 2015 tuve la alegría e poder visitar el pueblo de Beizama, en Guipúzcoa, donde el año 1920 vino a la vida Alejandro Labaka Ugarte, en el el caserío Etxeberri. La gentileza de Luis Ugarte, primo hermano de Alejandro, fue excesiva: me esperó en su coche en San Sebastián y a las 3 de la tarde, partíamos rumbo a Beizama.
Aunque con tiempo invernal, esa tarde cesaron lluvias y nieves. Los árboles lucían descarnados, pero el verdor de prados y campos daban un aspecto pintoresco al ambiente. Nuestro primer destino fue el caserío Elola, donde la prima hermana de Alejandro, Conchita, nos recibió con gran amabilidad. Este caserío es ahora una factoría de cárnicas porcinas. Pello Urdapilleta, sobrino de Alejandro, es el promotor de la empresa.
De ahí bajamos a Beizama, una población situada en un estrecho valle, todo verdor por campos y arbolado, donde destacan los blancos caseríos. Nuestra primera visita fue a Juanita, pariente de Alejandro y que cuida con todo mimo de la iglesia parroquial de San Pedro. Ella nos proporcionó la llave del templo. Y en él pudimos orar por la pronta glorificación de quien recibió en la hermosa pila bautismal el bautismo en el año 1920. Una lápida, escita en euskera, recuerda el acontecimiento. El templo es amplio, con piso de grandes losas. Aún conservan el púlpito. En esta iglesia fue monaguillo Alejandro y vivió su infancia en profunda fe. Aquí recibió su primera comunión.
De allí partimos al caserío Zoarchiki, donde nació la madre de Alejandro, llamada Paula Ugarte. Y aquí nació también el padre de mi chofer ocasional: Luis Ugarte. Y también el padre de la Hna. Pilar Ugarte, Carmelita misionera, residente en Zixur (Navarras) Pongo estos nombres porque son de los pocos que quedan de la generación de Alejandro. Aquí nos brindaron nueces del huerto y dulce de membrillo, elaborado por la dueña de casa.
Después de animada conversación, partimos para Anoeta. Carretera llena de curvas del paisaje montañoso del país vasco, poblado de hayedos y pinos. Llegamos a Anoeta en el preciso momento que Nekane, la sobrina de Alejandro abría la puerta de casa. Encuentro emotivo. Ella es la hija de Felisa, la tan querida hermana de Alejandro. Subimos a su piso y allí encontramos al versolari Miguel Angol Peñagaricano, que en tiempos pasados visitó Cocas. Recordamos a Felisa, comentamos sobre la situación de la causa de Alejandro e Inés. Nos brindaron jamón de la tierra y sidra. Les obsequié el folleto con la vida de Alejandro e Inés, boletines y estampas.
Y de ahí, rumbo a San Sebastián. Quedo agradecido a Luis Ugarte y a todos los familiares de Alejandro, que mantienen vivo su recuerdo.
