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SOBRE LA COMERCIALIZACIÓN DEL PETRÓLEO

mano con petroleoNuevo estudio revela el rol controversial de los bancos europeos en el comercio del petróleo desde la Amazonía ecuatoriana a los Estados Unidos

Los bancos en Suiza, Francia y Holanda viabilizan el comercio del petróleo desde las Cuencas Sagradas de la Amazonía ecuatoriana, una región donde la extracción de petróleo contribuye a la contaminación de los ríos por los derrames, abusos contra los derechos humanos y la destrucción del clima

 

Ginebra, Suiza — Un nuevo informe publicado hoy por las organizaciones ambientales Stand.earth y Amazon Watch, con sede en América del Norte, detalla cómo los bancos europeos están financiando la comercialización del petróleo proveniente de las Cuencas Sagradas, una región de la Amazonía ecuatoriana cuyo destino principal el mercado petrolero de California en los Estados Unidos. El informe examina cómo estos bancos a pesar de adquirir previamente compromisos climáticos y para proteger los derechos humanos, son cómplices de los impactos de la industria petrolera en la selva amazónica, incluidos los derrames petroleros, la vulneración a los derechos colectivos de los pueblos indígenas y la destrucción climática.

La presentación del informe se produce apenas una semana de que la Federación Indígena de Comunidades Unidas de la Amazonía Ecuatoriana (FCUNAE), la cual representa a las comunidades afectadas del derrame de petróleo en abril, presentará una serie de acciones judiciales que solicitan medidas cautelares para proteger a las comunidades que están en peligro por otro posible derrame de petróleo debido a la erosión regresiva del río Coca y para garantizar los derechos protegidos por la constitución. Así también, el informe acompaña el lanzamiento de la campaña global que exige la moratoria en la producción actual de petróleo y prevenir futuros derrames, promovida por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA); la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) y la Alianza de organizaciones por los Derechos Humanos.

Lea el informe: https://www.stand.earth/publication/los-bancos-europeos-financian-el-comercio-de-petr%C3%B3leo-desde-la-amazon%C3%ADa-ee-uu

Un total de 19 bancos fueron evaluados en el informe, de los cuales los principales bancos que financian el comercio del petróleo de la región, son: ING, Credit Suisse, UBS y BNP Paribas domiciliados en Ginebra, Suiza; Natixis en París, Francia; y Rabobank en Utrecht, Holanda.

Desde 2009, estos bancos y otras instituciones financieras privadas han otorgado líneas de financiamiento para comercializar aproximadamente 155 millones de barriles de petróleo ecuatoriano hacia las refinerías en los Estados Unidos por un total de USD 10 mil millones. Es decir, que más del 40 por ciento de esas exportaciones van a las refinerías de California. Este volumen de crudo contiene aproximadamente 66 millones de toneladas métricas de CO2, equivalentes a las emisiones anuales de 17 centrales eléctricas de carbón.

Como signatarios de los Principios del Ecuador y/o los Principios de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para la Banca Responsable, casi todos los bancos citados en el informe tienen compromisos de sostenibilidad y para la protección de los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Varios de estos bancos tienen políticas específicas para el Ártico, incluida la nueva iniciativa de sostenibilidad de Credit Suisse diseñada para "mejorar la atención a la biodiversidad". Sin embargo, el financiamiento de para la comercialización del petróleo amazónico viola el espíritu de todos estos compromisos.

“El financiamiento de estos bancos perpetúa los abusos contra los derechos humanos, empeora la crisis climática y ata aún más la economía ecuatoriana a los ciclos de auge y caída de precios de la extracción de recursos naturales. Dado el reciente derrame de petróleo y los llamamientos de las federaciones indígenas en Ecuador para una moratoria en la extracción de petróleo, cualquier banco comprometido con la protección de los derechos indígenas y el clima debería terminar con el financiamiento del comercio de petróleo en las Cuencas Sagradas hasta que se establezcan nuevas salvaguardas y compromisos para la no expansión. Es hora de que los bancos europeos jueguen un papel responsable y constructivo donde prime la vida por encima de las ganancias ". -Tyson Miller, Director del Programa Forestal, Stand.earth

“La industria petrolera tiene un legado tóxico en la Amazonía, exacerbada aún más por los derrames recientes que han contaminado los ríos y trastornado la salud y la seguridad alimentaria de las comunidades indígenas. Incluso durante la pandemia de COVID-19, las compañías petroleras continúan buscando la expansión, lo que pone a los pueblos indígenas en un riesgo aún mayor. Estos bancos no pueden afirmar que mantienen sus compromisos sobre el clima y los derechos humanos mientras continúan financiando el comercio del petróleo amazónico ".-Moira Birss, Directora del Área de Clima y Finanzas, Amazon Watch

SOBRE LAS CUENCAS SAGRADAS AMAZÓNICAS

Las Cuencas Sagradas es uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta y ayuda a regular los servicios esenciales del ecosistema planetario, como son los ciclos hidrológicos y de carbono. La región alberga aproximadamente a 500.000 indígenas de más de 20 nacionalidades en sus tierras ancestrales, incluidos varios pueblos que viven en aislamiento voluntario. La extracción actual y futura de petróleo amenaza también los medios de vida y las culturas de los pueblos indígenas amazónicos. La producción de crudo está directamente ligada a la deforestación y de manera conjunta, arrastran una historia de continuas violaciones a los derechos humanos que llegan a amenazar en muchos casos, la supervivencia sus pueblos. De manera explícita y reiteradamente, los pueblos indígenas han expresado su oposición a la expansión petrolera y otras actividades extractivas en sus territorios.

Algunos impactos de la industria petrolera en la región incluyen el reciente derrame ocurrido en la Amazonía ecuatoriana, continuos derrames de petróleo en Perú que se suman al legado tóxico por parte de Chevron. En Ecuador, alrededor de 120,000 habitantes que viven en las riberas del río Coca y 27,000 personas pertenecientes a los pueblos indígenas de la nacionalidad Kichwa, se han visto afectados por el reciente derrame de petróleo y las inundaciones relacionadas a la erosión regresiva del río y el cambio climático. Estas comunidades han perdido su agua dulce, ganado y productos agrícolas por la contaminación del crudo. Algunos pobladores registran enfermedades dermatológicas producidas al nadar en los ríos antes de saber sobre el derrame. Todos estos impactos están ocurriendo en el contexto de la pandemia COVID-19, donde las comunidades ya no pueden tomar precauciones sanitarias.

“Me pregunto si los ejecutivos de los bancos en Europa conocen el costo real de sus inversiones. ¿Cómo pueden dormir en paz sabiendo que su dinero deja a comunidades indígenas enteras sin agua ni alimentos y en condiciones de salud devastadoras por la contaminación de los ríos Napo y Coca? Es hora de que los bancos, compañías y consumidores del petróleo que se extrae de la Amazonía conozcan cómo sus negocios afectan nuestros territorios y forma de vida”. -Marlon Vargas, Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE)

“Me crié a orillas del Río Coca. Hasta ahora, nos hemos alimentado de los peces y la vida silvestre que habitan en el agua. Hoy están contaminados. Hemos dado la mayor parte de la riqueza a Ecuador, y no podemos seguir viviendo con esta contaminación. Los Kichwa de Orellana no solo quieren reparaciones, también queremos una remediación de los ríos Coca y Napo ”. -Carlos Jipa, Presidente de la Federación Indígena de Comunidades Unidas (FCUNAE), la organización que representa a las comunidades Kichwa en la provincia ecuatoriana de Napo

"En este momento, el río está contaminado. Nos afecta mucho, porque nos alimentamos y bebemos agua del río. El [derrame] ha afectado nuestro suministro de alimentos. Dado que vivimos a orillas del río, dependemos de él para sobrevivir, especialmente durante esta trágica pandemia. La gente, como mis hermanos, fueron a pescar y trajeron pescado con un olor pestilente. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que ya no había forma de que pudiéramos consumir el pescado ". -Verónica Grefa, Presidenta de la Comunidad Tocuya

El informe describe los siguientes pasos que los bancos deberían tomar para garantizar la coherencia de sus inversiones con los compromisos ambientales y sociales que han asumido:

  • Promover la transparencia de cualquier financiamiento al comercio, así como el comercio físico de mercancías (commodities);
  • Garantizar el respeto de los derechos indígenas y el cumplimiento del Consentimiento Libre Previo e Informado relacionado con cualquier proyecto o financiamiento comercial consagrado en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo;
  • Dejar de financiar las actividades relacionadas con el petróleo en la Amazonía, incluido el comercio, a menos que se produzca una remediación adecuada de la contaminación, se garanticen los derechos a la salud de las comunidades locales y se establezcan salvaguardias para evitar futuros derrames;
  • Que los gobiernos de la región se comprometan a no realizar una nueva expansión petrolera y liquiden los pozos existentes para alinearse a los objetivos climáticos globales y las visiones colectivas indígenas para la región;
  • Centrar las inversiones en oportunidades en Ecuador y otros países de la Amazonía y el mundo que cumplan a cabalidad con los compromisos de responsabilidad bancaria y que respeten los derechos indígenas; y,
  • A la par que se desarrollan los fondos de deuda para la naturaleza/clima, ampliar las políticas para excluir todo el petróleo derivado de la Amazonía del financiamiento de proyectos y comercio hasta que todos los países de la Cuenca Amazónica se comprometan a frenar la expansión de la frontera petrolera y a la disminución de los pozos existentes para así alinearse a las visiones colectivas indígenas para la región y a los objetivos climáticos globales.

Existe una preocupación creciente por parte de las empresas y los inversionistas alrededor de los significativos riesgos financieros derivados de la pérdida de biodiversidad y la destrucción de los ecosistemas naturales. En julio, el jefe de desarrollo de negocios sostenibles en Natixis fue citado en un artículo que abordaba cómo los inversionistas que aplican los factores no financieros ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) están incursionando en los riesgos asociados con la biodiversidad. Ese mismo mes, Credit Suisse anunció que destinará $300 mil millones de francos suizos a finanzas sostenibles a la vez que dará "mayor consideración" a la biodiversidad.

LOS BANCOS RESPONDEN AL INFORME

Algunos de los bancos mencionados en el informe respondieron a Stand y a Amazon Watch expresando su interés en abordar los problemas planteados en el informe. Hasta la fecha, ningún banco ha actualizado sus políticas.

Rabobank afirmó que actualmente no financia el comercio de crudo proveniente de la región de las Cuencas Sagradas, pero no se ha comprometido a actualizar su política. Natixis se comprometió a colaborar con contrapartes (stakeholders) como Stand.earth y Amazon Watch para actualizar su política. UBS e ING Belgium se comprometieron a colaborar con las contrapartes interesadas (stakeholders) sin comprometerse a actualizar sus políticas. Credit Suisse reconoció la importancia de los hallazgos del informe, pero eludió la responsabilidad diciendo que sus políticas solo se aplican al financiamiento de proyectos. BNP Paribas (Suisse) SA y Deutsche Bank no respondieron.

Contactos para medios de comunicación:

  • Kevin Koenig, Amazon Watch, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (PDT, GMT-7)
  • Sofia Jarrin, Amazon Watch, (ECT, GMT-5)
  • Entrevistas en inglés y español disponibles; entrevistas en francés disponibles bajo pedido

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SOBRE AMAZON WATCH Y STAND.EARTH

Amazon Watch es una organización sin fines de lucro fundada en 1996 para proteger la selva tropical y promover los derechos de los pueblos indígenas en la Cuenca del Amazonas. Nos asociamos con organizaciones indígenas y ambientales en campañas por los derechos humanos, la responsabilidad corporativa y la preservación de los sistemas ecológicos de la Amazonía. Amazon Watch también es miembro de la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos (Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos), una coalición de organizaciones que trabajan conjuntamente para abogar por los derechos humanos en Ecuador y brindar justicia a los pueblos y comunidades indígenas afectados por el reciente derrame petrolero.

Stand.earth es una organización ambiental internacional sin fines de lucro con oficinas en Canadá y Estados Unidos que es reconocida por su investigación innovadora y sus exitosas campañas de participación corporativa y ciudadana para crear nuevas políticas y estándares industriales para proteger los bosques, defender los derechos de los pueblos indígenas y proteger el clima.

Stand.earth y Amazon Watch son miembros de la Iniciativa internacional de las Cuencas Sagradas del Amazonas, que trabaja junto con organizaciones aliadas y federaciones indígenas en Ecuador y Perú para llamar la atención y lograr el apoyo mundial que permita detener el extractivismo industrial y proteger la región de las Cuencas Sagradas del Amazonas.

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