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Aclaraciones...

Quiero hacerle una precisión sobre lo que ayer decía el Fiscal General Chiriboga. ¿Será eso un doble lenguaje? 

Resulta que saben, por las niñas secuestradas, que hubo muertes en el grupo causadas por comida arrojada sobre su grupo desde avionetas, ¡pero han podido averiguar, de ellas, nada sobre la matanza!, ¡ni siquiera han podido asegurar que ellas son taromenani!

Entre los datos que tenemos, pero que no hemos hecho públicos porque los estamos comprobando hasta alcanzar una suficiente certeza, es que, en efecto, dentro de esa casa atacada había muchos objetos de gente de fuera: por ejemplo una cantidad de ropa... Dos de los asaltantes, según algunos testigos, regresaron incluso con prendas robadas allí. ¿Quién se la entrega? ¿La recogen o hurtan en campamentos o casas? ¿Hay envíos desde el aire?

No lo sabemos aún. Sabemos que hay vuelos de turistas, quizá de misiones, de funcionarios, ¿de alguien más?... ¿quién les envía esos objetos, con qué propósito?

¿Puedes haberles enviado comida? Sí, aunque es bastante más improbable. 

Lo que dicen las niñas (que lo dicen, en efecto, como ya lo hemos sabido entre otras revelaciones que, como le digo, tratamos de comprobar) puede deberse a otra cosa muy sencilla y que quizá se les escapa a los funcionarios: los niños taromenani siempre son advertidos severamente sobre no comer nada de lo que llega de fuera, de los caenwen o antropófagos, que somos todos los demás. Es evidente el sentido de esa advertencia: solo sus comidas habituales (chicha, carne y frutos de monte) ha sido probada por ellos y tiene, por tanto, garantía de sanidad. 

Quizá lo que dicen las niñas se deba a eso, o quizá a otros episodios recientes (que relaté en el libro ZONA INTANGIBLE, ¡PELIGRO DE MUERTE!), de contagio y muerte generalizada en un clan, que parecen haberse dado entre ellos (por cierto, lo contó, con mucho detalle, precisamente, Ompure, el lanceado del día 5 de marzo).

En todo caso, insisto en ese proceder inaudito del Fiscal: admite haber interrogado a las niñas secuestradas, admite tener información de ellas, ¡y sigue sosteniendo que toda la masacre son suposiciones, o que no hay nada demostrado!

Miguel Ángel Cabodevilla

 

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