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Última mirada
Habitat 3. Planificación de la selva para 20 años después
Informe de washo - un testigo no deseado
“El 5 de Octubre del 2016 salí a realizar un monitoreo dentro de una actividad de rutina que la llamamos “caravana de paz”, en las comunidades waorani de Bataboro y Tiwino en la vía Aucas de la provincia de Orellana. Se había alertado de que en esta zona se detectó la presencia de grupos aislados no contactados. Fue un fiasco: era un falso rumor.
Continué con mi ruta. Mi destino era llegar a la comunidad de Bataboro, al pozo petrolero Rumi Yacu, perforado a unos dos kilómetros de la comunidad y a 15 metros de distancia de un manantial de agua. Quería llegar a estos lugares en los que con frecuencia se reportaba la presencia de grupos “no contactados”. Cuando llegué, quedé sorprendido por una gran mancha de petróleo, causada por el derrame de un tanque de almacenamiento de la petrolera Petrobel. Era un derrame desastroso que contaminaba el estero que corría a 15 metros del pozo Rumi Yaku, ya mencionado. El estero desemboca en el río Bataboro, el Bataboro en el río Tiwino y el Tiwino en el Shiripuno. Todos estos ríos pasan por territorios transitados y habitados por Tagaeri- Taromenani.
Después de un largo y minucioso recorrido por el área afectada, regresé con la idea de compartir este descubrimiento con la comunidad waorani de Bataboro. Al llegar me encuentro con la sorpresa de que el río Bataboro estaba cortado con una alambrada templada y palos cruzados. Un grupo de hombres y mujeres waorani me dijeron que ¿con qué permiso de la comunidad había entrado? El paso por ese lugar estaba prohibido a las instituciones y menos al personal de la Fundación Alejandro Labaka, ya que ¡ella trabaja en defensa de los Tagaeri-Taromenani!. Algunas mujeres furiosas me exigieron que les entregara todo el material digital que llevaba: la cámara fotográfica, la grabadora, el GPS y celulares. Los requisaron, detuvieron y examinaron por largas horas.
Estando en este problema llegó la Gobernadora acompañada de personalidades del Registro Civil que, ocasionalmente, se hallaban entregando cédulas de ciudadanía a la comunidad waorani del lugar. Junto con la Gobernadora y el personal de Registro Civil, se hizo presente también, en el sitio donde me tenían detenido, el equipo de Relaciones Comunitarias de la compañía petrolera PETROBEL. Su camioneta estaba estacionada en medio del puente del río Bataboro. La Gobernadora en ningún momento intervino como autoridad de la provincia en favor de la justicia o para la solución del secuestro mío, pues estaba detenido por los waorani a quienes entregaban las cédulas de ciudadanía.
Mientras pasaba el tiempo, sin resultado ni toma de decisión alguna, la Gobernadora me mandó llamar a su presencia por medio del presidente de la comunidad para un supuesto arreglo. Lo primero que me dijo es que mi proceder no era correcto, ¡pues los únicos que mandan aquí son los compañeros waorani!. Sin consentimiento de ellos no se puede pasar a los lugares contaminados examinados por mí.
Para llegar a un acuerdo me manifestó que debía borrar toda la información que ellos ya la tenían, pues me la habían secuestrado. En este punto de la discusión le dio toda la razón al ingeniero de Relaciones Comunitarias de Petrobel que intervino para afirmar que lo hecho por los compañeros waorani era correcto. ¡Hay que respetar sus propias leyes y actuaciones!, dijo. Entre dimes y diretes, al final una mujer waorani me pidió que le entregue $50 y así me dejaban pasar. Los equipos quedaban detenidos hasta que les entregue $ 100 al día siguiente. Tuve que darles lo que tenía, hasta que pudiera llevarles el resto del dinero solicitado y así recuperarlos. Todo este sainete se llevó a cabo en presencia del personal del Registro Civil, del equipo de relaciones comunitarias de la petrolera Petrobel y con la participación de la Gobernadora, ya que uno de sus técnicos recibió de ella, el encargo de borrar la información de mi máquina fotográfica.
De una manera privada, más tarde se comunicó a las comunidades woaorani de Omakaweno, Buanano, El Ceibo y Cononaco Chico que están directamente afectadas, del peligro de la contaminación. Penti, por su parte consultó con su abogada para asesorarse sobre dicho inconveniente y tener razones para continuar el respectivo proceso a la contaminación petrolera del suelo, el agua y las personas. Además los habitantes de estas comunidades están muy preocupadas por los problemas de salud que suceden permanentemente en la zona. Por lo demás somos testigos de los mortales efectos de la contaminación en los ríos de estos lugares perdidos, por la cantidad de animales de la selva muertos y que se pudren ante la presencia e indiferencia de todos.
Después de un largo recorrido ya descrito rio abajo y con el mismo objetivo de “la paz” lo surcamos a partir de la carretera hacia arriba y visitamos las comunidades de Kewiriono, Apaika, Nenkipare y Peas. En esta comunidad nos topamos con la penosa realidad de que los niños estaban enfermos de granos, comezón, sarpullidos en la piel y rasquiña en todo el cuerpo, fruto, al perecer de la contaminación del agua de las quebradas en las que se bañan y juegan continuamente. Hace poco tiempo se realizó en la zona los estudios de sísmica de la petrolera Sinopec.
La contaminación está afectando gravemente a las comunidades asentadas río abajo, donde viven los pueblos “aislados” que consumen el agua de estos ríos y quebradas, la usan para pescar, cocinar, hacer la chicha para beber, bañarse y jugar los niños. Las petroleras están en el límite y sobrepasan la zona de amortiguamiento.
Compañeros envío esta información para que conozcan la verdadera realidad de este “hábitat” de nuestra selva amazónica, donde tienen sus bohíos los pueblos aislados, con la seguridad de que algún día, antes de 20 años, no tengan de qué hablar en la próxima reunión de “hábitat”, ni tampoco se acordarán de esta buena razón para reunirse, pues el “hábitat amazónico” ya no estará. Los pueblos “aislados” habrán desaparecido por la contaminación petrolera y sus incontrolados derrames que todavía se pueden parar si cumplimos la Constitución.
Ayuden a difundir esta información de la mejor manera, Saludos.” Washo.
Achakaspi
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25 de Noviembre del 2016
Son imágenes tomadas en el río Shiripuno que lo navegamos dentro de las misma actividad, “caravana de Paz”