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CARTA DE PASCUA

PASAR CON JESUS DE LA MUERTE A LA VIDA

 

A todos los que somos Vicariato Apostólico de Aguarico

Estamos ya en la Semana Santa, llamada también la Semana Grande, donde se hace una síntesis del amor inmenso de Dios, manifestado en la persona se Jesús, quien por amor a cada ser humano se entrega hasta la muerte, asumiendo en ella todas nuestras fragilidades, pecados e injusticias, propia de nuestra naturaleza. Por eso llamamos a Jesús no sólo el Salvador del mundo, sino Nuestro Salvador.

A nosotros, misioneros y misioneras, con frecuencia, estas palabras nos cuesta hacerlas nuestras en lo más íntimo de nosotros, porque estamos tan habituados al lenguaje religioso y espiritual, que cada vez que nos acercamos a un texto de la Palabra de Dios, ya nos lo sabemos y lo interpretamos muchas veces antes de estudiarlo, profundizarlo y discernirlo. Es el peligro de hablar y escribir a los “Profesionales de la Religión”, como se nos llama a nosotros.

Que esta Semana Santa, no se nos pase como una semana más, con la rutina de muchos días ¡No¡ Esta semana especial, estamos llamados a abrir un amplio espacio de encuentro con Dios, en el silencio de la oración sosegada, que nos permite contemplar, de encuentro con las hermanas y hermanos de comunidad y de encuentro con la comunidad laical que son todas las personas a las que somos enviados en las distintas culturas y zonas de nuestro Vicariato.

Recordemos que lo más importante de la Semana Santa, no es el viernes de dolores ni el viernes santo, como aún está tan metido en el corazón de nuestro pueblo. Recordémonos a nosotros mismos y contémosle a todas las personas y comunidades con las que nos vamos a encontrar durante esta semana que lo más importante de nuestro cristianismo y de nuestra fe es La Pascua, es decir, el paso de Jesús de la Muerte a la Vida para siempre. Y, que en este paso somos “pasados” y llevados también nosotros. Contemos la Buena Noticia, de que con Jesús en nuestro corazón y en nuestra vida somos más felices que sin Él y que con Él todo el horizonte de nuestro existir toma un sentido nuevo y más feliz Esto nos llena de alegría y por eso no nos cansemos de decir y repetir: ¡Cristo, nuestra Pascua ha Resucitado!

Así que queridos hermanos, misioneras y misioneros del Vicariato Apostólico de Aguarico, anunciemos la Buena Noticia de este “paso” de Dios, que muriendo ha quitado todo mal de nosotros y al resucitar nos ha dado y nos da nueva vida.

Estos días nos vamos a encontrar con mucha gente, de manera especial con las personas más pobres y con algunas que llevan unas cruces y unos sufrimientos muy dolorosos en su vida. Llevémosle esta Buena Nueva de que Cristo Resucitado es la Persona, el Dios-Hombre y el Acontecimiento más grande que nos puede suceder mientras transitamos por esta tierra.

Que dediquemos estos días para contemplar y adorar este misterio de amor, del Paso de Cristo de la Cruz a la Resurrección y que salgamos a anunciar a todos que su Resurrección no es un hecho más o algo teórico, sino que es algo real que nos trae Vida abundante a todos.

Alegrémonos hermanas y hermanos, porque ¡Cristo, nuestra Pascua ha resucitado¡ Salgamos a buscarle y resucitemos con Él, ¡Aleluya, Aleluya!

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Fraternalmente.

 

Hno. Adalberto Jiménez Mendoza

Vicario Apostólico de Aguarico

Coca, 25 de marzo de 2018

 

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