Yo los envío
Padre Dios,
Creador de esta selva tan hermosa y llena de vida
y que tanto peligra ser destruida
por las manos egoístas de algunos hombres.
Te doy gracias por el regalo
de cada misionera y misionero
en el Vicariato Apostólico de Aguarico,
que buscan extender tu Reino
y cuidar de la vida en todas sus formas.
Ellos están aquí, viendo y cuidando,
esta tierra que Tú amas
y, sobre todo, a las personas que aquí habitan.
Ellos están comprometidos y comprometidas
con tu Evangelio, Señor.
Haz que nuestro Vicariato
regado por la sangre de nuestros mártires Alejandro e Inés
siga creciendo como un árbol frondoso,
lleno de flores y frutos,
donde habite tu amor y tu bendición.
Te pido que tu amor trinitario
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
nos envíe a todos a seguir anunciando tu Reino.
Yo en tu nombre, los envío,
como misioneras y misioneros
para que vayan por todo el mundo
a anunciar el Evangelio.
Mons. José Adalberto Jiménez