Paz y bien para todos
Pensar en el año 2015 es para mí sonreír ante acontecimientos y celebraciones que están por encima de miedos, tensiones y dificultades. Dios nos va a bendecir este año y nos va a dar alegría.
Celebraremos 25 años de compartir como misionero y obispo con esta Iglesia de Aguarico. Llevaremos a todos, como misioneros, la alegría de la Consagración al Señor y a su Evangelio.
2015 ha de ser un año en que oremos por las familias y trabajemos desde las familias para que sean lugar de paz, de diálogo, de encuentro feliz. El Sínodo de Obispos que se celebrará en octubre quiere ayudar a descubrir ese lugar para la familia en la sociedad.
Nos duele comenzar el 2015 con temores de guerra, terrorismo y destrucción en muchas partes del mundo; pero a la vez vivimos la esperanza del encuentro entre países como Cuba y Estados Unidos; de alto el fuego de las FARC en Colombia, entre otros.
No vemos todavía asegurada la paz entre los pueblos Waorani y Taromenani, ni la vida de estos pueblos en aislamiento voluntario; pero no dejamos de esperar que se darán las condiciones para crear un espacio de paz y entendimiento en esta franja cercana al Yasuní.
Nos asusta el descenso del precio del petróleo, nos duelen los muertos en accidentes de trabajo o de tránsito, la moderna esclavitud; pero queremos confiar en la responsabilidad de todos para escuchar al Papa Francisco pidiendo que el centro de todo sistema social y económico sea la persona humana.
Que 2015 sea año de diálogo, paz, alegría y encuentro en las familias y entre los pueblos. Llevemos nuestra alegría y la alegría del Evangelio a todos los lugares. Seamos Felices, Dios lo quiere para nuestro mundo
+ Jesús Esteban Sádaba, capuchino
Obispo – Vicario apostólico de Aguarico